Hermanos, lo que el Evangelio nos ofrece como señal es un niño envuelto en pañales y reclinado en un pesebre. Algo tan cotidiano y normal que puede pasar totalmente desapercibido. La Buena Noticia del nacimiento de Jesús es cuestión de mirada. Oremos.

Jesús, que seamos mensajeros de tu paz y bienestar.

Padre bueno, renueva cada día la mirada de nuestra Iglesia, que no caigamos en vivir con rutina nuestra fe, que todos seamos camino a Belén para otros.

Jesús, que seamos mensajeros de tu paz y bienestar.

Padre bueno, concédenos a todos nosotros un corazón con capacidad de asombro para dejar viejas imágenes de un Dios lejano y acoger la Buena Noticia de tu encarnación en nuestra historia.

Jesús, que seamos mensajeros de tu paz y bienestar.

Padre bueno, no permitas que endulcoremos el Misterio de Navidad y nos olvidemos que te hiciste uno de entre nosotros en medio de una familia humilde y que eran señalados social y religiosamente.

Jesús, que seamos mensajeros de tu paz y bienestar.

Padre bueno, concédenos una mirada capaz de reconocerte el rostro de tantos niños que sufren a causa del hambre, del frío, de la violencia y mueve nuestros corazones hacia la denuncia y la ayuda.

Jesús, que seamos mensajeros de tu paz y bienestar.

Padre bueno, que nuestros deseos de paz y felicidad de estos días sean sinceros y duraderos en el tiempo y nos lleven a trabajar y esforzarnos por hacer posible tu Reino entre nosotros.

Jesús, que seamos mensajeros de tu paz y bienestar.

Padre, te damos las gracias porque has puesto tu tienda entre nosotros, concédenos audacia de corazón para ir a las periferias de nuestra sociedad y saber encontrarte en el rostro de tantos hombres, mujeres y niños que sufren y nos necesitan. Te damos las gracias por tu hijo Jesús que hoy contemplamos como Niño.

Vicky Irigaray