ÉBOLA: LA HIPÓCRITA INDECENCIA DE OCCIDENTE
Faustino VilabrilleLos estados europeos, EE.UU. y Canadá están que hierven a causa del virus ébola, detectado por primera vez el año 1976 en la aldea Yambuku de la RDC (República Democrática del Congo), que está situada cerca del río Ébola, que da nombre al virus.
En 2007 se registraron 264 casos en RDC con 187 muertos.
Pero el actual rebrote en Liberia, Sierra Leona y Guinea Conakry con 4.447 muertos, y 8.914 casos confirmados y una previsión de que a principios de diciembre podría haber entre 5.000 y 10.000 nuevos casos por semana, a los países occidentales se les han puesto los pelos de punta.
Sin embargo, se pasaron años y lo siguen haciendo ahora, solo acordándose de África para explotarla, esquilmarla y en el mejor de los casos, ignorarla y no ver que muchos miles de personas (hombres, y sobre todo mujeres y niños) mueren cada día de hambre en África.
Los países occidentales no nos queremos enterar de que los países ricos, incluidos, además de Europa, también rusos, chinos, japoneses, emiratos árabes, Japón, EE. UU., Canadá... estamos comprando millones de hectáreas de tierra en África para producir materias primas, como el coltán para nuestros móviles y ordenadores, o alimentos para nosotros, dejándolos a ellos sin tierra y en la más absoluta miseria.
La empresa española AGROGEBA compró en 2010 al gobierno de Guinea Bissau 6.000 hectáreas de tierra para cultivar arroz, dejando sin tierra a 600 agricultores, pagando solo 3 € al día a algunos nativos a los que dio trabajo.
Los diamantes de Sierra Leona que explotamos los países ricos para los ricos, con mano de obra esclava, son diamantes de sangre para quienes los extraen. Más les valdría no tenerlos.
Queremos que los africanos y sus gobiernos a los que sobornan nuestras multinacionales, nos abran sus puertas para entrar nosotros y hacernos con sus riquezas, pero luego una vez que los hemos empobrecido, les cerramos las nuestras con vallas, concertinas, cuchillas y a veces a palos, para que no entren a nuestros países.
Veamos la muy crítica situación en que están los tres países más afectados por el ébola, comparados con España:
Esperanza de vida | Médicos x 100.000 hab. | PIB por habitante | |
Guinea | 54,5 | 10 | 990 $ |
Liberia | 57,3 | 1,4 | 506 $ |
Sierra Leona | 48,1 | 1,6 | 769 $ |
España | 82,4 | 450,8 | 31.400 $ |
De la situación tan horrible de estos tres países y otros muchos tan pobres como ellos de África, los gobiernos y los Organismos Internacionales (ONU, OMS, UNESCO, ETC.) no se acuerdan para nada, ni hacen nada para resolverla. Sacan algún comunicado de vez en cuando, les mandan a veces cuatro perras, o les venden armas si hay ocasión. Pero las multinacionales sí se acuerdan bien, cada día más, para quitarles sus tierras, explotar sus materias primas, y aprovechar su mano de obra esclava, incluidos niños.
Se acuerdan un poco más las ONGS, muchos de cuyos miembros incluso pierden su vida por ayudarles, pero deberían denunciar con mucha más contundencia a los países ricos y sus multinacionales, abrir los ojos a los oprimidos por ellas y sus gobiernos, tanto los de aquí como los de allí, comprados por las multinacionales para que les dejen actuar a sus anchas, incluso poniendo la policía al servicio de ellas, o contratando sicarios para amedrentar a las Comunidades y actuar impunemente.
Pero ahora, con el contagioso ébola a la puerta de casa, vaya si nos acordamos de los africanos, y mandamos algo de dinero (España tan solo 500.000 €, bastante menos que lo que gastó en el desfile y la recepción del día 6 de octubre, cosas que para nada sirven) porque queremos que el virus no salga de allí para que no nos pille a nosotros.
En esos tres países, hay miles de muertos todos los años por hambre, malaria y tuberculosis, pero como aquí no llegan, de nada nos preocupa.
Por tanto, los países ricos, desarrollados a costa de los países pobres, ¡qué hipócritas, indecentes y egoístas somos! Cuando pase esta mala racha nos olvidaremos de África, un continente inmensamente rico lleno de pobres empobrecidos, del que solo nos acodaremos para seguir quitándole sus tierras y explotando sus muchas materias primas. Un mundo tan lleno de injusticia no tiene futuro. Tenemos que luchar todos por cambiarlo.
Faustino Vilabrille