-"Los sabios del Himalaya ya se guiaban por una regla: el que más sirve más cosecha, emocional, física, mental y espiritualmente" (Robin S. Sharma)

13 de julio, domingo 15 de TO. Parábola del sembrador

Mt 13, 1-23

Lo sembrado en tierra fértil es el que escucha la palabra y la entiende. Ése da fruto: cien o sesenta o treinta.

Es fértil quien ha fecundado su campo con la escucha del Sermón de la Montaña y deja que la semilla vuele hacia otros labrantíos. El verano le permitirá luego contabilizar su hacienda y comprobar con los sabios del Himalaya que "quien más sirve más cosecha". Y eso, propio de corazones disponibles es dar fruto al treinta, sesenta o ciento por uno.

La palabra del hombre es autocomunicación. La respuesta por parte del interlocutor es también nuestra. De lo contario, sueños. Nos lo sugiere A. Machado en Proverbios y Cantares:

Ayer soñé que veía
a Dios y que a Dios hablaba;
y soñé que Dios me oía...
Después soñé que soñaba.

Con su realismo de Tierra adentro nos lo reitera en su poema La Saeta, al Cristo de los Gitanos:

¡No puedo cantar, ni quiero
a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo en el mar!

Me interesan todas las vertientes de la figura de Jesús: el histórico, el teológico, el del ser, el del existir y, por supuesto el del hacer. Considerarle sólo desde una perspectiva nos convertiría en aves de corral con lentillas de miopía: sólo para ver –para vivir- de cerca. Nuestra mirada interior ha sido desvencijada por los huracanes petrificados de los dogmas y los maremotos de las excomuniones. Necesitamos acudir al Divino Oculista para poder seguir caminando por la vida sin atropellar viandantes y farolas.

En ocasiones la ópera plantea la relación del mundo material y el de los espíritus. Como en Rusalka de Dvorak en la que se hilvanan dos mundos contrapuestos: el ser natural, elemental e inanimado pero fuente del sentimiento, y el ser humano animado pero con escaso ímpetu emocional. Janacek en cambio nos presenta en La zorrita astuta una obra plenamente antropomórfica en la que el papel central de la raposa expresa y obliga a sentir simpatía por ella como ser dotado de conciencia. El conflicto fundamental se establece aquí una vez más entre la sociedad humana y la vida natural.

Perfil Sol y Viento es la patria del Cristiano y cuantos como él transpiran Evangelio. Calor que calienta el alma y abrasa a quienes azota. Aire que infunde vida, cuando ambos son, como hizo Jesús, generosamente compartidos. Condición necesaria: disponibilidad y colaboración. San Pablo nos insta en Rom 8, 19: La humanidad aguarda expectante a que se revelen los hijos de Dios.

La espiritualidad oficial de todas las religiones tiene su corazón y su mente puestos en el otro mundo, en un allí y después que no conocemos. Por ahora me declaro ciudadano de estos campos y esta Tierra. La espiritualidad encarnada se configura en este mundo, en un aquí y ahora posible de descubrir y cultivar. Acorde con los tiempos. Las noches del desierto de mi pensamiento: arena y sombras de palmeras sin raíces en la tierra, luceros en el cielo. Las puertas huecas y ciegas, los ojos llenos de calor en las entrañas.

Vicente Martínez