Hermanos y hermanas, a veces, los creyentes vivimos como los discípulos del Evangelio: de noche, con las puertas cerradas, llenos de miedo, sin alegría y sin confianza. Oremos.

Queremos ser sembradores de paz

• Que nuestra Iglesia sea la comunidad de los hombres y mujeres Buena Noticia, siempre defensores de la vida, constructores de un mundo basado en la justicia, la hermandad y la paz.

Queremos ser sembradores de paz

• Que nuestra fe no sea convencional y vacía, mera costumbre religiosa sin vida, formalismo externo sin compromiso, mucha palabra y poco espíritu vivificador.

Queremos ser sembradores de paz

• Que nuestras comunidades parroquiales y religiosas abran sus puertas y ventanas para que entre aire nuevo que llene de alegría, perdón, confianza y así sean espacios reconfigurados por la presencia del Resucitado.

Queremos ser sembradores de paz

• Que todos nosotros y nosotras seamos paz en nuestros entornos, con los de cada día, en lo de cada día; que nuestra palabra y nuestro gesto sea siempre fermento y camino de paz.

Queremos ser sembradores de paz

• Que nuestro saludo sea: paz o shalom, que deseemos armonía con uno o una misma, con los demás y con la Creación, que facilitemos el disfrute gozoso de la vida y una convivencia respetuosa y justa.

Queremos ser sembradores de paz

Padre Madre buena, que nos dejemos despertar y reconfigurar por el encuentro personal y comunitario con el Resucitado; que nuestras vidas despierten, se alegren y contagien esperanza, vida, horizonte.

Vicky Irigaray