EN ESTA NOCHE DE REYES
Juan Zapatero¿Qué os parece si, en esta noche de Reyes, nos despojamos de coronas, cetros y mitras, abandonamos palacios, castillos y catedrales y nos revestimos de mucha, muchísima bondad y humildad y nos dirigimos hacia los “márgenes y las periferias”? A lo mejor allí descubrimos que la vida “tiene” que ser, o quizás para ser más exactos, “debe” ser otra cosa.
¿Qué os parece si abandonamos tantos prejuicios y maneras suspicaces de mirar la vida y de ver, sobre todo, a las personas, y nos encaminamos hacia la búsqueda de una actitud de sencillez y de mirada limpia respecto a los demás, que nos haga contemplarlos tal y como son, en vez de como a nosotros nos lo parecen o como nos gustaría que fueran?
¿Qué os parece si nos despojamos de esos miedos que no hacen sino atenazarnos y encorsetarnos hasta provocar en nuestro interior recelo hacia lo desconocido y rechazo hacia lo diferente, enfrentamiento hacia la discrepancia, indiferencia hacia quienes consideramos de menor categoría o condición; para emprender una profundo viaje interior que nos imbuya de grandes dosis de autoconfianza, también de comprensión y estima?
¿Qué os parece si dejamos de lado esas falsas seguridades que aparentemente nos dan la economía, el confort, las influencias, el poder, etc.; y salimos con decisión en busca de un sentido crítico ante la vida y una manera profunda de pensar que nos ayuden a discernir de modo acertado cuáles son los valores y actitudes capaces de hacernos felices de verdad?
¿Qué os parece si desechamos de nuestras vidas la adulación, el jolgorio, el “contacto” para un momento, la erótica obsesiva y enfermiza, la “asistencia caritativa permanente”, etc.; y nos dirigimos en busca de personas y de grupos con quienes practicar y compartir la sinceridad, la alegría, la amistad, la justicia y la entrega generosa?
¿Qué os parece si abandonamos las creencias trasnochadas, los dogmas estériles, las liturgias pomposas y grandilocuentes, los ritos vacíos, los cultos rutinarios y sin vida, etc., y nos ponemos en marcha hacia una religión que libere, comprometa e infunda esperanza; y que nos ayude también a descubrir al Dios de Jesús como un padre-madre que ama de manera generosa y gratuita; que acoge a todos los hombres y mujeres sin tener en cuenta su credo, su ideología, su raza, su cultura ni su condición sexual; que perdona siempre y sin condiciones, a pesar de nuestra obstinación?
¿Qué os parece si renunciamos a las apariencias, a lo superficial, al quedar bien, etc.; para emprender el viaje hacia nuestro interior siguiendo caminos tan propicios para ello como son la reflexión, la lectura, la meditación, etc.?
¿Qué os parece si, aprovechando que es la noche de Reyes, sacamos esas pequeñas o grandes dosis de “magia”, que todas y todos llevamos en nuestro corazón, y nos disponemos a emprender ese viaje, al final del cual se encuentra el verdadero sentido de la vida?
Eso sí; hagámoslo con la suficiente humildad como para sabernos necesitados de “estrellas” que nos vayan guiando durante el camino.
Juan Zapatero Ballesteros