PRESENTACIÓN DE LA ENCÍCLICA “FRATELLI TUTTI”
África de la Cruz ToméEs una Encíclica social para promover la fraternidad universal entre los habitantes de la tierra, sin fronteras. Está dirigida no sólo a los católicos sino a toda persona de buena voluntad. Encíclica abierta a toda la humanidad en un momento crítico de su historia. Presenta nuevas metas y caminos para construir un mundo más justo y fraterno porque los viejos sueños no se han cumplido. El papa propone un nuevo orden mundial con los pobres en el centro, escrita desde el Sur. Utiliza la parábola del Buen Samaritano como ejemplo a seguir y pide que, como samaritanos buenos, nos aproximemos y escuchemos a los que nos necesitan. También nos propone vivir como hermanos en la casa común, en diálogo, escucha y encuentro. Son grandes sueños que no se pueden quedar en palabras. Son dimensiones de una Ética Universal. Obras mejor que palabras. La Encíclica se estructura en ocho capítulos y la introducción.
Introducción: Fratelli Tutti. Así se dirigía San Francisco de Asís a sus hermanos y hermanas cuando les propuso un estilo de vida con sabor a Evangelio. Él, el hermano de todos y de todo. El papa Francisco se inspira, entre otros, en este santo, para escribir esta Encíclica sobre la fraternidad y el amor universal, sin fronteras. Mientras escribía este documento llegó la pandemia de Covid-19. Desde este contexto se entiende mejor la necesidad del grito que en esta Encíclica lanza el papa a quien quiera escucharle.
1.- Las sombras de un mundo cerrado: En este capítulo el papa hace una mirada panorámica a algunas tendencias del mundo actual que dificultan la fraternidad universal. Habla de los sueños rotos, las esperanzas no cumplidas: El sueño de una Europa unida y de la integración latinoamericana, la democracia desfigurada, el dominio y control frente a servicio y bien el común, el descrédito de la política que siembra desconfianza y desesperanza, sin un proyecto compartido, para todos; el crecimiento de la agresión y el insulto, de la crispación. El racismo y el descarte mundial. Los Derechos Humanos no suficientes ni para todos, universales. La globalización y progreso desigual. La existencia de mafias que explotan a los débiles por soledad, miedos e inseguridad. Las dificultades de la migración humana con su dignidad pisoteada en las fronteras. La indiferencia y “sálvese quien pueda” del individualismo dominante. Pandemias y otros flagelos de la historia. La ilusión de la comunicación: agresividad sin pudor, información sin Sabiduría. Sometimientos y autodesprecios. Soledad. Por contraste, el papa termina este capítulo con un apartado dedicado a la Esperanza. “A pesar de estas sombras…. quiero hacerme eco de tantos caminos de esperanza que se abren… porque Dios sigue derramado en la humanidad semillas del bien”
2.- Un extraño en el camino: En este capítulo, el papa presenta la Parábola del Buen Samaritano, urdimbre sobre la que se teje toda la Encíclica. Como contrapunto de las sombras señaladas en el punto anterior, en éste, va a proponer un modelo de actuación que fundamente las propuestas alternativas de respuesta a los problemas presentados anteriormente. Es la luz que ilumina las tinieblas. El Buen Samaritano nos abre a la esperanza de que, a pesar de todo, podemos soñar un mundo mejor, más humano, más justo más igual, más amoroso. Está en nuestras manos. Esta parábola es universal. Es Sabiduría. El evangelista Lucas la pone en boca de Jesús en contestación a la pregunta del maestro de la Ley ¿quién es mi prójimo? Es una narración bella y de una espiritualidad elevada. Hay que leerla para disfrutarla. La parábola termina con las palabras de Jesús al maestro de la Ley “tienes que ir y hacer lo mismo” Y el papa cierra el capítulo con este mensaje: A imagen y semejanza del buen samaritano y de Jesús, todos tenemos que hacer lo mismo: Acompañar, compadecer, cuidar, sostener a los heridos, caídos y frágiles. Es una historia que se repite: Tu prójimo es todo el que te necesita.
3.- Pensar y gestar un mundo abierto (al amor desinteresado). El amor es el distintivo de la identidad cristiana fundada en la espiritualidad del Evangelio. A nivel universal, el amor es el punto de lanza de la evolución humana. El amor es el fondo de humanización de todos. Los hombres estamos creados a imagen y semejanza de Dios. Por eso todos nos parecemos a Él. Dios es amor y nosotros también. El papa escribe para toda persona de buena voluntad. Más allá de todos los credos, el valor único y absoluto es del amor. El amor es gradual. Es un proceso que apunta a una creciente apertura al amor-ágape, de unión e identificación. El papa habla de sociedades abiertas que integran a todos y propone transcender el mundo de socios para situarnos en un mundo de hermanos iguales en derechos y dignidad: Libertad, igualdad y fraternidad. Amor universal que promueve a las personas, el bien moral, el valor de la solidaridad. Derechos sin fronteras. Derechos de los pueblos. Las tres “t”: Tierra, Techo, Trabajo.
4.- Un corazón abierto al mundo entero. Poner en práctica el amor y la fraternidad universal nos plantean unos retos insoslayables ante situaciones como: fenómeno migratorio, nuevas pobrezas engendradas por la economía neoliberal, las pandemias, la sobreexplotación de la tierra y otras. Ante esto, surge la pregunta ¿qué puedo y tengo que hacer? A nivel individual y comunitario. El papa hace elogio de la gratuidad, hacer el bien por él mismo. La gratuidad es posible, existe y ha existido entre los mejores humanos. Defiende la ayuda recíproca entre los humanos y las naciones porque o nos salvamos todos o perecemos todos. Dedica muchas páginas a la problemática de la humanidad migrante a los que hay que acoger, proteger, promocionar e integrar.
5.-La mejor política. Para hacer posible la fraternidad universal, tal como la Encíclica la presenta, es necesaria la mejor política puesta al servicio del verdadero bien común por encima de todo egoísmo. Contra este principio está los populismos, liberalismos, capitalismos y nacionalismos a los que el papa critica duramente. En contraste con la critica a esas desviaciones que no buscan el bien común, tiene párrafos sublimes sobre la Política necesaria. Considera la Política como una de las formas más preciosas de la caridad. Habla de amor en la política. Crítica al mercado y neoliberalismo. Pide reforma de la ONU para crear un poder internacional real al servicio del bien común. Insiste en que los derechos no tienen fronteras y en que es necesaria la Ética en las relaciones internacionales. Los problemas globales requieren soluciones globales. No a la “cultura de los muros”. “La buena política une al amor la esperanza”
6.- Diálogo y amistad social. Dialogar supone: Acercarse, expresarse, escucharse, mirarse, conocerse, tratar de comprenderse y buscar puntos de encuentro. Por este camino del diálogo llegaremos a una nueva cultura de encuentro para construir juntos el bien común. Nuestra sociedad se caracteriza por la diversidad y el pluralismo. Como un poliedro donde las diversas caras se unen para constituir el todo que siempre es algo más que la suma aritmética de las partes. Esta integración de las partes en el todo no es tarea fácil. Así “la paz social es trabajosa y artesanal”. Se logra a través de un proceso largo que debe iniciarse por reconocer que el otro tiene derecho a ser él mismo y ser diferente. Un consejo: Recuperar la ternura y la amabilidad, las buenas maneras, pedir permiso y perdón, dar gracias. La amabilidad exige reconocimiento, valoración y respeto del otro. En suma: necesitamos dialogar para conocernos y ayudarnos, para construir en común y llegar al consenso necesario. Hay que tender puentes. Nueva Cultura del encuentro, del dialogo y encuentro.
7.- Caminos de reencuentro (de paz y reconciliación). “Hace falta aprender a cultivar una memoria penitencial, capaz de asumir el pasado para liberar el futuro de las propias insatisfacciones, confusiones o proyecciones desde la verdad histórica de los hechos” Este es el camino hacia la paz y la reconciliación. Camino largo y con obstáculos que hay que salvar. El milagro de la bondad (amabilidad) como la arquitectura y la artesanía de la paz. Para el cristianismo y otras religiones: El valor y el sentido del perdón y la reconciliación sin que se presten al fatalismo, la inercia, la injusticia o en otro polo, la intolerancia y la violencia. Perdón frente a venganza, pero sin olvido. Perdón sin olvido. Hay que descubrir el valor y el sentido del perdón desde la verdad y a pesar de los conflictos inevitables y las luchas legítimas. Nunca más la guerra ni la condena a la pena de muerte. La verdadera superación de los conflictos exige diálogo y negociación transparente, sincera y paciente.
8.- Las religiones al servicio de la fraternidad en el mundo. Las religiones fundamentan la fraternidad humana en la filiación divina. Y de ahí la igualdad en dignidad y derechos de todos los seres humanos. Para los cristianos el manantial de la dignidad humana y de la fraternidad universal está en el Evangelio de Jesús de Nazaret.
Oración al Creador y Oración cristiana ecuménica. Así acaba la Encíclica Fratelli Tutti.
Mª África de la Cruz