Hermanos y hermanas, mientras no empecemos a sustituir la lógica del mérito por la de la gratuidad, nuestro anhelo de poseer por el del compartir, nuestro miedo a ser pobres por la confianza en Dios; difícilmente podremos entender a Jesús y su Reino. Oremos.

Jesús, concédenos un corazón pobre y misericordioso

• Que la Iglesia con su modo de hacer, ser, compartir, acoger, perdonar, repartir sea proclamación del Reino de Jesús.

Jesús, concédenos un corazón pobre y misericordioso

• Que nuestras comunidades parroquiales y religiosas sean comunidades fraternas y no patriarcales o matriarcales; con relaciones horizontales y no verticales; donde solo el Padre sea el fundamento de la fraternidad.

Jesús, concédenos un corazón pobre y misericordioso

• Que todos los creyentes seamos referencia del los valores del Reino: acogiendo a quienes nadie acoge; perdonando sin condiciones, valorando a cada persona por lo que es y no por lo que tiene; compartiendo nuestros bienes con los pobres.

Jesús, concédenos un corazón pobre y misericordioso

• Que los responsables de los gobiernos busquen realmente el bien de los ciudadanos y en especial de los más desfavorecidos y de aquellos que más necesitan.

Jesús, concédenos un corazón pobre y misericordioso

Padre bueno, un domingo más nos recuerdas e invitas a seguirte identificándonos con tu hijo Jesús, que no mendiga consuelos a las riquezas de éste mundo y que vive con la mirada y el corazón puestos en ti. Te damos las gracias porque Él es el primero en el camino que nos lleva a tu Reino.

Vicky Irigaray