Sábado de la 2ª semana de adviento (Mt 17,10-13)

Preguntaron a Jesús: ¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías? Él dijo: Elías vendrá y lo renovará todo. Pero os digo que Elías ya ha venido y no lo reconocieron, sino que han hecho con él lo que quisieron. También el Hijo del hombre va a padecer a manos de ellos. Entonces vieron que se refería a Juan.

El espíritu de Elías está en Juan y en Jesús

La pregunta tiene su miga, sobre todo si los discípulos empezaban a comprender la figura de Jesús. Elías era considerado como el más grande de los profetas. Si volvía a aparecer, significaba que, después de tres siglos de ausencia, Dios volvía a preocuparse de su pueblo.

Juan fue considerado como el primero de la nueva serie de profetas. El segundo sería Jesús, cuya venida debía preparar un precursor. Tal era la originalidad de su predicación que había que preparar el camino de alguna manera para que su venida no resultase infructuosa.

La tarea de Juan fue interrumpida por el poder, al que molestaban sus palabras de denuncia. No fue una oposición gratuita sino que respondía a una defensa de los intereses amenazados por su predicación. Lo mismo que ha pasado en todos los tiempos y lugares.

Es muy interesante el paralelismo que hace el texto entre el tratamiento que recibió el Bautista y el de Jesús. Se trata de una interpretación de la nueva comunidad, pero aun así, nos habla de la importancia que dieron los primeros cristianos a la relación entre ambos.

El relato invita a estar alerta ante los acontecimientos que suelen estar cargados de significado profundo si los sabemos interpretar como es debido. Lo que pasa ni puedo cambiarlo ni tiene importancia en sí, pero la actitud de cada uno sí puedo cambiarla y es definitiva.

 

Fray Marcos