LECTURAS   

                             
                              

                            

                             cristianos siglo veintiuno
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LECTURAS

 

VIGILIA Y DOMINGO DE RESURRECCIÓN (C)

 

 

Las lecturas normales de la Eucaristía del domingo se aumentan considerablemente en la Vigilia. Se trataba de llenar la noche con lecturas y oraciones. De todo esto han quedado siete lecturas, de las cuales se suelen hacer solamente tres.

 

Son lecturas de la Creación (Génesis,1 y 2), el Sacrificio de Abrahán (Génesis,22), el paso del mar Rojo (Exodo, 14-15), como recuerdo de las obras de liberación de Dios por su pueblo. Después hay cuatro lecturas de los profetas (dos de Isaías, una de Baruc  y otra de Ezequiel), que presentan todos la misma idea, Dios Salvador, en muchos símbolos y formulaciones diferentes.

 

Recogemos solamente la segunda de Isaías, como muestra del espíritu de todas ellas.

 

 

PRIMERA LECTURA:

Del Libro del Génesis: “EL SUEÑO DE DIOS”

 

Una interpretación religiosa del origen de todo ser: se usa la ciencia de la época – tan imperfecta – para explicar “el sentido de todas las cosas”, y, sobre todo, el sentido del ser humano.

 

“Dios creó al ser humano a su imagen

a su propia imagen lo creó,

varón y hembra los creó ...”

 

Dios es la fuente de la vida. Toda vida viene de Dios. Él es el que lanza la aventura de los humanos, para que vivan y se multipliquen y lleguen a ser plenamente humanos, como imágenes, como hijos de Dios.

 

 

SEGUNDA LECTURA:

Del Libro del Éxodo: “CON DIOS, LA LIBERTAD”

 

Los hebreos se escaparon de Egipto “de milagro”. Cuando fueron celebrando el aniversario de aquella noche terrible, en que estuvieron a punto de perecer, celebraron sobre todo “La mano poderosa de Dios, que les sacó de la esclavitud y les llevó por el desierto camino de la Patria”

 

“Yo soy el Señor tu Dios,

el que te sacó de la esclavitud de Egipto.

No tendrás otro Dios”

 

Sin Dios, esclavitud: esclavos del mundo, del pecado, de la muerte, de la vulgaridad… Con Dios podemos caminar: venceremos al mar, a la noche, a los ejércitos enemigos… Con Dios, podemos.

 

 

TERCERA LECTURA

Del Profeta Isaías: “DIOS, FUENTE DE VIDA”

 

Un himno, exaltado, brillante, inspirado. Un hombre que vivió hace dos mil cuatrocientos años entendía ya muy bien a Dios. En sus palabras parece que estamos oyendo al mismo Jesús.

 

¡Oh, todos los sedientos, id por agua, y los que no tenéis plata, venid, comprad y comed, sin plata, y sin pagar, vino y leche!

 

¿Por qué gastar plata en lo que no es pan, y vuestro jornal en lo que no sacia? Hacedme caso y comed cosa buena, y disfrutaréis con algo sustancioso….

 

Como descienden la lluvia y la nieve de los cielos y no vuelven allá, sino que empapan la tierra, la fecundan y la hacen germinar, para que dé simiente al sembrador y pan para comer,  así será mi palabra, la que salga de mi boca, que no tornará a mí de vacío, sin que haya realizado lo que me plugo y haya cumplido aquello a que la envié.

 

Como la lluvia, gratuita, fecunda, abundante, que hace verde el desierto, refresca, limpia…. Ése es Dios. Mira la vida normal: es desierto, no vale gran cosa, no es fecunda, aburre… Pon a Dios en medio…  ¡es como una fuente en el desierto!

 

(Y DIJO JESÚS: 

“El que tenga sed, que venga a mí y beba:

le nacerá dentro una fuente de agua viva”)

 

 

Todas estas lecturas son, por tanto, una magnífica invitación a la vida, a la abundancia, a la luz, a la fecundidad, fundadas en la Palabra de Dios, que riega constantemente, que se siembra para nuestro alimento, que nos eleva de los planteamientos de tierra a los del Espíritu.

 

En esta lectura se resumen los conceptos de las demás: Dios creador de la vida, salvador del diluvio del pecado, libertador de la esclavitud de Egipto, convertido en luz y agua y semilla de vida: se reúnen aquí todos los símbolos de la resurrección, la plenitud de la vida ofrecida por Dios.

 

 

ROMANOS  6,  3‑11

 

¿O es que ignoráis que cuantos fuimos bautizados en Cristo Jesús, fuimos bautizados en su muerte?

 

Fuimos, pues, con él sepultados por el bautismo en la muerte, a fin de que, al igual que Cristo fue resucitado de entre los muertos por medio de la gloria del Padre, así también nosotros vivamos una vida nueva….

 

Y si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él… Así también vosotros, consideraos como muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús.

 

 

Pablo introduce aquí un nuevo lenguaje, para las mismas ideas: sepultados con Cristo, muertos al mundo, lo que fuimos, pecadores, ha sido crucificado... somos ya otra cosa, una criatura nueva, resucitada.

 

El Bautismo es el sacramento de todo eso. Y la última frase, como resumen de lo que celebramos:

"Así también vosotros, consideraos como muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús. "

 

Se nos muestra que esto no es sólo una celebración de algo que sucedió, sino de algo que sucede, porque esa es nuestra vida, caminar por la vida, cada día, así; resucitar cada día a la vida nueva de Jesús.

 

Como muchos textos de Pablo, es una teología que nos resulta complicada, porque usa muchos símbolos y va cambiando su significado de un párrafo a otro. Pero el mensaje básico es claro. El pecado es muerte: Jesús es Vida.

 

Jesús resucitado es el Viviente por excelencia, libre de muerte y de pecado. Nosotros, por el bautismo, nos unimos a Él, queremos vivir una vida libre de pecado, una vida nueva. Y ésta es verdadera vida, libre de oscuridad, más fuerte y más definitiva.

 

Es un texto que tiene mucho de himno, de profesión entusiasmada de la fe en Jesús.

 

José Enrique Galarreta, S.J.