LECTURAS     

                             
                              

 

                            

       cristianos siglo veintiunoPágina PrincipalÍndice

 

 

 

LECTURAS

 

Domingo 20 tiempo ordinario

  

ISAÍAS  56, 1-7

 

Así dice Yahveh:

 

Velad por la equidad y practicad la justicia, que mi salvación está para llegar y mi justicia  para manifestarse.

 

Dichoso el mortal que tal haga, el hombre que persevere en ello, guardándose de profanar el sábado, guardando su  mano de hacer nada malo.

 

Que el extranjero que se adhiera a Yahveh, no diga: «¡De cierto que Yahveh me separará de su pueblo!» No diga el eunuco: «Soy un árbol seco». Pues así dice Yahveh:

 

Respecto a los eunucos que guardan mis sábados y eligen aquello que me agrada y se mantienen firmes en mi alianza, yo he de darles en mi Casa y en mis muros monumento y nombre mejor que hijos e hijas; nombre eterno les daré que no será borrado.

 

En cuanto a los extranjeros adheridos a Yahveh para su ministerio, para amar el nombre de Yahveh, y para ser sus siervos, a todo aquel que guarda el sábado sin profanarle y a los que se mantienen firmes en mi alianza, yo les traeré a mi monte santo y les alegraré en mi Casa de oración. Sus holocaustos y sacrificios serán gratos sobre mi altar. Porque mi Casa será llamada Casa de oración para todos los pueblos.

 

Es una exhortación a la justicia, a la santidad de vida, dirigida expresamente a Israel sin exclusión de extranjeros, eunucos... Es un texto universalista, aunque teñido del nacionalismo de Israel.

 

"Mi casa será llamada Casa de Oración para todos los pueblos" significa un paso adelante en el exclusivismo inicial de Israel, pero muestra que Israel sigue creyéndose el centro del mundo. Esta misma frase es citada por Jesús como justificación de su acción violenta en el Templo, cuando expulsó de él a los mercaderes.

 

 

ROMANOS 11, 13-15 y 29-32

 

Os digo, pues, a vosotros, los gentiles: Por ser yo verdaderamente apóstol de los gentiles, hago honor a mi ministerio, pero es con la esperanza de despertar celos en los de mi raza y salvar a alguno de ellos.

 

Porque si su reprobación ha sido la reconciliación del mundo ¿qué será su readmisión sino una resurrección de entre los muertos?

 

Los dones y la llamada de Dios son irrevocables.

 

Vosotros, antes rebeldes a Dios, a través de la rebeldía de ellos habéis obtenido misericordia; lo mismo ellos: son ahora rebeldes para, a través de esa misericordia que habéis obtenido vosotros, obtener a su vez misericordia.

 

Porque Dios encerró a todos en la rebeldía, para tener misericordia de todos.

 

El judío Pablo lamenta la suerte de su pueblo, que ha rechazado a Jesús. Pablo siente la vocación de anunciar el Evangelio a los paganos, y comprueba una y otra vez el rechazo de las comunidades judías. Pero le duele la ceguera de su pueblo y expresa aquí su deseo y su confianza de que un día reconocerán a Jesús. 

 

José Enrique Galarreta, S.J.