Domingo 2º Cuaresma ciclo A
LECTURAS
GÉNESIS 12, 1-4
En aquellos días, el Señor dijo a Abrahán:
- Sal de tu tierra y de la casa de
tu padre, hacia la tierra que te mostraré. Haré de ti un
gran pueblo, te bendeciré, haré famoso tu nombre y será
una bendición. Bendeciré a los que te bendigan,
maldeciré a los que te maldigan. Con tu nombre se
bendecirán todas las familias del mundo.
Abrahán marchó, como le había dicho el Señor.
Nos encontramos con el relato que se ha llamado "la
vocación de Abrahán", aunque todavía lleva su primitivo
nombre, Abrán. Vive en Jarán una ciudad de Mesopotamia,
en las fuentes del río Eúfrates, a donde emigraron sus
antepasados desde Ur, en Caldea. Son arameos, semitas,
pastores que nomadean en torno a las grandes zonas
agrícolas civilizadas.
Abrán es invitado por Dios a salir de su tierra, con la
promesa de ser el padre de un pueblo nuevo. El relato
tiene dos lecturas: una lectura histórica; los
antepasados del pueblo de Israel procedían de una
migración de los arameos, pastores seminómadas de la
Alta Mesopotamia: otra lectura religiosa; Dios "saca" a
Abrahán de la vulgaridad de su vida para hacerlo su
instrumento, como padre del pueblo de Israel.
No podemos menos, sin embargo, que lamentar una frase: “Bendeciré
a los que te bendigan, maldeciré a los que te maldigan”.
Está en la triste y destructiva línea de “el pueblo
privilegiado”, “el Dios terrible que mata a los
enemigos” … Una vez más, el AT. No es todavía Jesús y es
Palabra de Dios con muchas reservas.
SEGUNDA A TIMOTEO 1, 8-10
Toma parte en los duros trabajos del Evangelio, según
las fuerzas que Dios te dé.
El nos salvó, y nos llamó a una vida santa, no por
nuestros méritos sino porque antes de la creación, desde
el tiempo inmemorial, Dios dispuso darnos su gracia por
medio de Jesucristo; y ahora esa gracia se ha
manifestado por medio del Evangelio, al aparecer nuestro
Salvador Jesucristo, que destruyó la muerte y sacó a luz
la vida inmortal.
Las tres cartas (2 a Timoteo y una a Tito), atribuidas
en principio a Pablo, hoy son consideradas como "de su
escuela", incluso "puestas bajo su nombre" por personas
que continúan su enseñanza.
En este fragmento se expone una especie de resumen
abreviado de Cristología: Jesús, fuente gratuita de
gracia, que nos salva, destruye la muerte y manifiesta
la vida.
José
Enrique Galarreta, S.J.