EVANGELIOS Y COMENTARIOS
Lucas 5, 1-11
1 Mientras la multitud se agolpaba alrededor de él para escuchar el mensaje de Dios, estando él también a la orilla del lago, 2 vio dos barcas que estaban en la orilla; los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes.
3 Subió a una de las barcas, que pertenecía a Simón, y le rogó que la sacase un poco de tierra. Se sentó y, desde la barca, se puso a enseñar a las multitudes.
4 Cuando acabó de hablar, dijo a Simón:
- Sácala adonde haya fondo y echad vuestras redes para pescar.
5 Simón le contestó:
- Jefe, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, fiado en tu palabra, echaré las redes.
6 Así lo hicieron, y capturaron tal cantidad de peces que reventaban las redes. 7 Hicieron señas a los socios de la otra barca para que fueran a echarles una mano. Fueron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían.
8 Al ver esto, Simón Pedro se postró a los pies de Jesús, diciendo:
- Apártate de mí, Señor, que soy un pecador.
9 Es que él y todos los que estaban con él se habían quedado pasmados por la redada de peces que habían cogido, 10 y lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.
Jesús dijo a Simón:
- No temas; desde ahora pescarás hombres vivos.
11 Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.
Comentarios de Pedro Olalde
Aparece por primera vez en Lucas la expresión “Palabra de Dios”, que es el que más veces la menciona (4 veces en el evangelio y 14 en Hechos). Expresa la propia predicación de Jesús, pero la raíz última está en el mismo Dios.
Igualmente es la primera vez que sale en Lucas el término “epistata” = “maestro”, o mejor, “jefe”. Es una palabra exclusiva de Lucas, que sólo la emplean los discípulos para dirigirse a Jesús. Los otros evangelistas usan otras palabras como “rabbí”
Este relato en torno a la figura de Simón Pedro revela el gran aprecio que el evangelista siente por el personaje; un aprecio y una estima que no sólo es personal, sino que procede de la tradición de la primitiva comunidad. Lucas omite ciertos detalles de Marcos que no son favorables a Pedro, como la reprimenda que recibe de Jesús (Mc 8,32-33).
Todo hace pensar que se trata de un relato descrito desde la visión pascual. Pedro se dirige a Jesús con el título de “Señor”, como le denominaban los primeros cristianos después de la Resurrección. El hecho de que Simón Pedro se reconozca como “un pecador” parece más adecuado en uno que ha negado a su Señor.
Este relato tiene bastantes rasgos parecidos a los que se observan en la pesca milagrosa de Juan 21,1-14. Tanto la confesión de fe de Pedro como el hecho de caer a sus pies, parecen reflejar las apariciones de Jesús Resucitado. Se trata de la rehabilitación del Apóstol Pedro, después de su traición.
Muchos pensarán que la narración evangélica de hoy es, ante todo, un milagro, la pesca milagrosa, llevada a cabo por Pedro, a una orden de Jesús. Sin embargo, la pesca es sólo un símbolo, a través del cual se nos habla de otra realidad.
En la Biblia es corriente que antes de confiar una tarea importante a una persona, Dios se le revele a través de un signo, que manifiesta su poder. El texto nos dice que este Jesús que llama a los suyos a ser pescadores de hombres, tiene fuerza y el poder de Dios.
El evangelio empieza con Jesús anunciando la Palabra desde la barca a las gentes que le siguen. Y acaba con la invitación que hace Jesús a Pedro para que éste haga lo que Jesús hace: anunciar la buena nueva, ser pescador de hombres. Pedro le dice que sí. Deja todo y le sigue.
“No temas; desde ahora pescarás hombres vivos”. Nosotros también somos llamados por Jesús a “rescatar con vida” a quien anda amenazado por la muerte. La verdadera obra de misión es abrir cauces, anunciar un nuevo amanecer, dar vida.
Comentarios de Patxi Loidi
Después de la presentación de Jesús en Nazaret y del anuncio de su misión entre los pobres, Lucas nos expone la expulsión de un demonio, como signo de la llegada del Reino de Dios, y a continuación, el relato de la pesca milagrosa y la elección de los primeros discípulos.
Es el inicio de una sección que pertenece al cuerpo del Evangelio y que se suele denominar "la llamada a Israel". Esta llamada se concreta en los discípulos.
Los evangelios son libros de fe escritos después de Pascua. El relato tiene un gran simbolismo. Nos muestra la gran pesca misionera de los primeros cristianos. La Iglesia primitiva se extendió rápidamente.
Se trata de un hecho salvador, que finaliza con el seguimiento incondicional de los primeros discípulos.
Nos muestra también las dificultades de la acción misionera y social y la superación del desaliento. Cuando una persona tiene una experiencia fuerte de Dios, primero siente temor; después el Señor le da paz. Y con la paz, una misión.